sábado, 21 de junio de 2014

Historia del té


HISTORIA CHINA

El emperador chino Shen Nung era un hombre sabio y erudito. El insistía que toda la agua potable debía estar hervida por motivos de higiene. Un día, en el año 2737 A.C., el emperador y su corte se reclinaron debajo de un árbol solitario. Cuando sus hojas soplaron en el agua hirviendo que sus criados preparaban, el emperador sintió un aroma exquisito y de inmediato no resistió y probó aquel brebaje y lo encontró exquisito. Después de este accidente ordenó que se llevaran a cabo enseguida extensas plantaciones del árbol de donde procedían aquellas hojas. Ésta era la planta silvestre del té.




HISTORIA INDIA

De India también proviene una leyenda que dice así: en el año 500 después de Cristo, el faquir Dharma hizo el voto de no dormir durante 7 años. Sin embargo, después de 5 años de sumersión espiritual, parecía que ya no lograba vencer el sueño. Lleno de desesperación y consciente de no poder cumplir su voto, cogió unas ramas de un árbol debajo del que había acampado. Se llenó la boca con algunas hojas y las masticó. Poco después, Dharma experimentó un efecto refrescante y estimulante y recuperó las energías necesarias para cumplir su voto. 


 HISTORIA JAPÓN

Los japoneses también tienen su propia leyenda acerca del descubrimiento del té. El penitente Bodhidarma hizo promesa de meditar durante 7 años. A pesar de su promesa, una noche se quedó dormido. Cuando se despertó a la mañana siguiente, se enfadó tanto por su incumplimiento de la promesa que se cortó los párpados y los tiró al suelo. En cuanto sus párpados tocaron el suelo echaron raíces, y pronto se convirtieron en un arbusto grande. Cuando el penitente vio el milagro se preparó una infusión de las hojas. De todas las regiones llegó gente que se había enterado del milagro. Muchos imitaron al penitente y se prepararon una bebida de las hojas. ¡El efecto refrescante y estimulante se hizo famoso en todas partes! El sabor y el perfume deliciosos de la infusión fueron motivo suficiente para considerarla un regalo “divino”. En la escritura japonesa, los carácteres de párpado y de té son los mismos hasta el día de hoy. 




El té llega a España

El té llegó a España en el siglo XVIII como una moda más importada de Francia y Gran bretaña. La costumbre de los españoles de tomar chocolate y café chocó con la nueva moda del té, que estaba considerada como un signo más de esnobismo extranjero, pues el chocolate era entonces para el español lo que el té para el inglés. En un principio, el té tuvo un considerable rechazo. Se ha de esperar hasta comienzos del siglo XIX para que el té comience a conocerse fuera de los salones ilustrados. El hábito del té de la tarde cuajará especialmente entre la aristocracia, que tomará la bebida en enormes juegos de té de plata importados de Gran Bretaña y Francia o realizados por plateros españoles. El tomar el té en sociedad era un signo de distinción. Tras la guerra civil, el té queda algo relegado. Tuvieron que pasar muchos años para recuperar la costumbre de tomar una taza de té a media tarde.

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